
Qué significa ser «amarillo» en la política chilena

El término «amarillo» ha pasado en la política chilena de ser un insulto que acusaba tibieza o claudicación frente a las grandes causas sociales, a convertirse en una identidad asumida con orgullo por quienes se sitúan en posiciones de centro reformista y desean ejercer un papel de bisagra entre los polos ideológicos. Hoy, el rótulo convive con el partido Amarillos por Chile—legalizado en 2023—, con la memoria histórica de las huelgas obreras del siglo XX y con el debate sobre la moderación en tiempos de polarización. Este artículo recorre esa trayectoria semántica, examina los contextos que resignificaron la palabra, describe la agenda del nuevo partido y analiza el impacto cultural de “salir del clóset amarillo” en el Chile actual.
Nacimiento del insulto político
Origen sindical y obrero
La primera huella del mote “amarillo” aparece en el léxico de la organización obrera chilena de las décadas de 1920 y 1930: se usaba para señalar a dirigentes que, durante las huelgas, terminaban alineándose con el patrón o aceptando una solución intermedia que, en opinión de las bases, traicionaba la huelga Colores políticos, Wikipedia. Desde entonces, “amarillismo” se asoció al abandono de las posiciones radicales.
Consolidación en la guerra fría criolla
Durante los años sesenta y la Unidad Popular, la izquierda revolucionaria tachaba de “amarillos” a reformistas demócrata-cristianos y socialdemócratas, a quienes veían como un obstáculo para la vía chilena al socialismo Memoria Chilena. El epíteto también sirvió para hostigar a intelectuales que alertaban sobre la polarización.
El color frente a la violencia política
Patricio Fernández, escritor y exconvencional, recuerda que en los setenta ser “amarillo” equivalía a “blandengue” o “colaboracionista”, un adjetivo que buscaba deslegitimar la búsqueda de acuerdos La Tercera.
Reaparición del término en la democracia post-transición
La generación de los acuerdos
Tras 1990, líderes de la Concertación que negociaron con la derecha para aprobar leyes de amarre fueron tildados de amarillos por sectores estudiantiles y movimientos de izquierda extraparlamentarios Reddit Chile. El término siguió funcionando como sinónimo de “tibio” o “sin coraje político”.
El estallido social y la nueva carga peyorativa
Durante las protestas de octubre de 2019, columnas en redes sociales y prensa alternativa revivieron la palabra para fustigar a quienes criticaban la violencia en la calle o pedían gradualidad en las reformas Diario Financiero.
Un ejemplo de apropiación irónica
El escritor Patricio Fernández decidió “reivindicar el orgullo amarillo” como acto de provocación: “eso que tú odias de mí, a mí me gusta” La Tercera.
Amarillos por Chile: de adjetivo a partido político
Fundación y legalización
El dieciocho de febrero de 2022, el escritor Cristián Warnken y un grupo de ex-DC, PPD y radicales lanzaron el movimiento Amarillos por Chile. El Servicio Electoral reconoció la colectividad como partido legal el veintinueve de junio de 2023 Biblioteca del Congreso Nacional.
Principios programáticos
El partido se autodefine como reformista, democrático liberal y comprometido con la economía social de mercado. Propone cambios graduales y acuerdos amplios en pensiones, salud y nueva Constitución Wikipedia.
Voceros emblemáticos
Cristián Warnken ha señalado que Amarillos nace “por falta de coraje de la clase política para buscar consensos” YouTube Bio-Bio, mientras que el diputado Andrés Jouannet representa el anclaje parlamentario Ex-Ante.
Cuando el centro se vuelve color
Recepción mediática y debate intelectual
Para el constitucionalista Fernando Atria, “con su pretendida virtud centrista y moderada, los amarillos extreman la discusión al bloquear cambios estructurales” Radio Universidad de Chile.
Participación en el proceso constitucional
El movimiento militó por el Rechazo en 2022 y por el “A Favor” en el plebiscito de diciembre de 2023, argumentando que el texto mejoraba la institucionalidad sin “refundar” Chile The Clinic.
Interpelación al gobierno de Gabriel Boric
El presidente, en 2024, acusó a los “amarillos” de obstaculizar reformas con excusas técnicas; la agrupación respondió que el Ejecutivo descalifica a quien propone rutas graduales Ex-Ante. Analistas internacionales han visto la disputa como ejemplo de la tensión entre nueva izquierda y socialdemocracia The New Yorker.
Semántica política del amarillo
Del miedo a la moderación
Los historiadores coinciden en que el color pasó de representar “traición sindical” a “moderación reformista”, una evolución comparable a la resignificación del término “liberal” en Estados Unidos Pragmatika.
Comparaciones latinoamericanas
En Argentina, “amarillo” se asocia al macrismo; en Colombia, a movimientos anticorrupción. Sin embargo, solo en Chile devino etiqueta de centro reformista institucionalizada Wikipedia.
Implicancias para el mapa partidario
Reconfiguración del centro político
Analistas del Diario Financiero sostienen que Amarillos por Chile busca ocupar el terreno dejado por la Democracia Cristiana y el PPD, agrupando a quienes no se sienten cómodos con la izquierda frente-amplista ni con la derecha tradicional Diario Financiero.
Diálogo y gobernabilidad
Carolina Tohá, exministra del Interior, ha instado a la izquierda a “asumir sin complejos la necesidad de acuerdos”, un llamado que resuena con la narrativa amarilla El País Chile.
Críticas desde la izquierda dura
Para sectores del Frente Amplio, Amarillos no es sino el viejo “partido del orden” con un rebranding cromático; citan su apoyo al Rechazo como evidencia Radio Universidad de Chile.
Cultura popular y resignificación
Autoidentificación irónica en redes
Usuarios de Twitter y foros chilenos publican memes con el emoji amarillo 🟡 para declararse “amarillos orgullosos”, una inversión humorística frente a ataques de “ultras” Reddit.
Música y literatura
El cantautor Víctor Jara ironizaba: “Usted no es na, ni chicha ni limoná”; la frase se ha citado para explicar el desprecio original por la tibieza Diario Financiero. Warnken tituló su misiva fundacional “Carta amarilla a mis hijos”, resignificando el término BCN.
Ser «amarillo» en Chile pasó de ser un estigma sindical a una identidad política centrista que reivindica el acuerdo y la reforma progresiva. El tránsito refleja la maduración de la democracia chilena, la volatilidad de los símbolos y la lucha semiótica por ocupar el centro ideológico. El surgimiento del partido Amarillos por Chile institucionaliza esa resignificación, obligando a la izquierda y a la derecha a reaccionar ante un actor que propone moderación en tiempos de polarización. Si el término mantendrá su potencia despectiva o se consolidará como bandera de un nuevo centro social liberal dependerá de la capacidad de los “amarillos” de traducir discurso en resultados de gobierno y de mantener su promesa de diálogo en medio de crisis sucesivas.
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